Por esas cosas raras de la vida, paseando hoy, me entero por la radio, que casi siempre me acompaña en mis paseos, de que este fantástico invento cumple 100 años en España, los mismos que en Suecia. La radio en sí, se fue desarrollando gracias a descubrimientos científicos y avances tecnológicos a finales del siglo XIX. En la década de 1890, figuras como Guglielmo Marconi en Italia y Nikola Tesla en Estados Unidos, realizaron experimentos de transmisión de señales a través de ondas electromagnéticas. Marconi obtuvo la primera patente de la radio en 1896 y en 1901 logró la primera transmisión transatlántica de señales de radio, el 12 diciembre de 1901. primera transmisión de radio transatlántica

Aunque Marconi fue pionero en la transmisión de señales, la primera transmisión de audio, que incluía música y voz, se realizó en 1906 en Estados Unidos por el ingeniero canadiense Reginald Fessenden. Durante la Nochebuena de ese año, Fessenden transmitió una breve emisión de música y mensajes de voz que se escuchó en la costa este de los Estados Unidos.

La primera transmisión regular de radio que se considera comercial fue en 1920 en Estados Unidos, realizada por la estación KDKA de Pittsburgh, Pensilvania. La transmisión fue realizada por Frank Conrad e incluyó la cobertura de las elecciones presidenciales estadounidenses de ese año, lo que marcó el inicio de la radio como un medio informativo y de entretenimiento accesible al público. Tanto impresionó a los contemporáneos que, muchos países se lanzaron a la carrera de hacerse con una propia radio, entre otros, como vemos, Suecia y España, y, en tan solo poco más de tres años, habían logrado establecer emisoras propias.

En Barcelona, parece ser que, tal día como hoy del año 1924, hace 100 años, salía en antena la primera emisión de Ràdio Barcelona, desde el Hotel Colón de Plaça Catalunya[1]. La emisora había sido creada unos meses atrás por la Associació Nacional de Radiodifusió, una sociedad cooperativa catalana fundada en 1924 por un grupo de empresarios de electricidad y telegrafía. Coincidía esta novedad con la apertura de la primera línea de metro entre la plaza de Lesseps y Catalunya.

En Suecia se consideró este invento inicialmente como un posible problema de orden, y se legisló para que, tanto la emisión como la escucha de radio, o la posesión de aparatos que permitiesen la captación de ondas, estuvieran sujetos a licencia del rey. En este país fue el estado el que se encargó de dominar la escena, dejando su desarrollo en manos de los Telégrafos Reales. Las primeras emisiones se efectuaron un par de mes y medio más tarde que las de Barcelona, el 1 de enero de 1925, fecha que, como es natural, se celebrará aquí, cómo hoy se hace en España.

Con la radio comienza una modernización de la difusión de noticias, que nos ha llevado a donde estamos hoy. Yo me pongo a pensar en tiempos remotos y en cómo se comunicaban las noticias, antes de la radio y me maravillo de las vicisitudes que se habían de pasar para comunicar una noticia, pongamos por caso, la famosa batalla de Lepanto. La noticia de la victoria en la batalla de Lepanto, que tuvo lugar el 7 de octubre de 1571, tardó entre 23 días en llegar a Madrid. Los mensajeros que llevaron la noticia de la victoria recorrieron cerca de 2,000 kilómetros, uniendo Grecia, donde tuvo lugar la batalla, con la capital del Imperio español. Este trayecto cruzaba Italia hasta Roma, desde donde se enviaron mensajeros adicionales a través de Francia o por vía marítima hacia España. Gracias a la red de mensajería y comunicación establecida por Felipe II y la Santa Liga, se utilizó una red de postas que garantizaba que los mensajeros pudieran relevarse en diferentes puntos del trayecto, asegurando así una mayor velocidad. En principio, esa era la forma habitual de comunicar las noticias desde la antigüedad. Casi tres siglos más tarde, la noticia de la batalla de Balaclava que tuvo lugar en 25 de octubre de 1854, durante la guerra de Crimea, tardo dos semanas en llegar a Londres.

Con la revolución francesa, que mostró la importancia de hallarse informado en todo momento, para no ser tomado por sorpresa, se pensaron y realizaron pruebas con nuevas formas de comunicación. en 1794, durante la revolución, el inventor Claude Chappe creó el telégrafo óptico, que consistía en una serie de torres con brazos móviles que transmitían mensajes a distancia mediante una especie de “código visual”. Esto fue una autentica “revolución” en la manera de enviar y recibir mensajes, pero el origen de ese sistema, aunque no creo que el bueno de Chappe lo conociese, lo vemos ya en los sistemas de noraghes de Cerdeña, cuyas torres parece que funcionaban como torres del telégrafo óptico, con visibilidad hacia otras torres.  Usando el telégrafo óptico de Chappe se podían enviar mensajes desde Madrid a Valencia o Irún que llegaban en 30 minutos.

Las comunicaciones siguieron desarrollándose de manera que en las décadas de 1830 y 1840, el telégrafo eléctrico, inventado independientemente por Samuel Morse en Estados Unidos y por William Cooke y Charles Wheatstone en Inglaterra, revolucionó la comunicación. El sistema utilizaba cables y corrientes eléctricas para transmitir mensajes en código Morse, eliminando la dependencia de la visibilidad. El primer mensaje telegráfico en Estados Unidos en 1844, entre Washington D.C. y Baltimore, demostró su efectividad. Pronto se construyeron redes de telégrafo que unían ciudades y países, y en 1858 se estableció el primer cable telegráfico transatlántico, uniendo Europa y América. El primer mensaje telegráfico a través del cable transoceánico decía: «Gloria a Dios en el cielo, paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad».

Desde entonces, decenas de inventos han conseguido acelerar la información de manera que, hoy vivimos en la sociedad de la información. El teléfono, la televisión, el fax etc. Yo he vivido en primera persona, como todos los miembros de mi generación, las transformaciones comunicativas. Recuerdo perfectamente mis primeros aparatos, mi primer ordenador, mi primera incursión en Internet, mi primer correo electrónico. Con Google se abrió el mundo a mil recursos, un regalo para una rata de biblioteca como yo.

Lo de los teléfonos es otra historia. A mi me llegaron un poco tarde, porque no concebía yo que fuese necesario encontrarme a todas horas, pero al fin caí y me compré un teléfono “portátil” grandisimo, para llevar en el coche y de ahí hasta mi IPhone, en el que curiosamente, llevo mi medio de comunicación favorito, la radio. Sí, porque esa radio que cumple años un día como hoy, al menos en España, me ha acompañado desde que yo era un niño muy pequeño. ¡Cuántas noches me abre yo dormido escuchando el radioteatro! Recuerdo perfectamente las trasmisiones de hechos importantes, catástrofes, efemérides, desde mi casa, sentado en mi sillón favorito, sintiéndome participe de algo que estaba ocurriendo en ese mismo momento.

Mi cuñado Paco me introdujo al mundo de la radio nocturna regalándome un pequeño transistor para poner bajo la almohada. Era una forma fantástica de “limpiar” la cabeza de todas las ideas y los problemas cotidianos. Ahora, llevo siempre la radio conmigo a donde voy. La llevo en el teléfono, junto a toda la información que necesito, todos mis contactos, toda mi vida. Es maravilloso eso de poder escuchar la radio de todo el mundo en donde quiera que uno esté. Así que, en un día como hoy, en que se celebran las primeras emisiones en España, quiero felicitar a la radio en general y a las mañanas de Radio Nacional de España en particular. [2]


[1] https://www.rtve.es/rtve/20241113/radio-cumple-100-anos-espana/16328976.shtml

[2] https://www.rtve.es/play/audios/las-mananas-de-rne-josep-cuni/