La noticia divulgada por los medios de comunicación de que el presidente de los Estados Unidos ha autorizado a Ucrania a utilizar misiles de largo alcance contra Rusia me ha dejado con una mezcla de angustia e incredulidad. Siento que este anuncio nos muestra un paso más hacia un abismo de escalada bélica, un punto de no retorno en un conflicto que ya ha cobrado demasiadas vidas. Cada misil lanzado parece alejar más la posibilidad de alcanzar la paz y acerca el espectro de una guerra total, una que podría extenderse más allá de las fronteras actuales y arrastrar al mundo hacia una crisis de consecuencias impredecibles.
La decisión de permitir a Ucrania disparar misiles de largo alcance contra Rusia tiene implicaciones estratégicas, políticas y éticas muy serias. Aunque de entrada puede fortalecer la capacidad defensiva de Ucrania, que tiene derecho a defenderse, también aumenta significativamente los riesgos de una escalada del conflicto con consecuencias impredecibles para Estados Unidos, Europa y el resto del mundo. Es una apuesta de alto riesgo que requiere un cálculo cuidadoso de las posibles respuestas rusas y del impacto en la estabilidad global. La decisión parece estar en ralación con el envió por parte de Corea del Norte de 100,000 soldados al frente de Kursk. Los misiles ATACMS serían utilizados, al parecer, para atacar a los norcoreanos. Estos misiles, en su versión MGM-164 tienen un alcance máximo de 300 km y los MGM-140C/D) llegan hasta los 500 km. No solo ya Briansk a 210 km de Kiev o Kursk, a 280 km, sino Belgorod, a aproximadamente la misma distancia, o Vorónezh a 450 y hasta Rostov a 600 km, podrían ser atacados.
Visto desde donde estoy yo, a 476 km de Kaliningrado, la noticia divulgada por diarios de todo el mundo en la tarde de ayer, 17 de noviembre, el panorama no es muy alentador. Si tenemos en cuenta que Rusia posee un arsenal significativo de misiles nucleares y convencionales, muchos de los cuales están diseñados para alcanzar objetivos en Europa. No es que yo quiera ver las orejas al lobo, es que el lobo está ahí.
Si de Trump se suele decir que es impredecible, ¿que podríamos decir de Putin? Sabemos que el todopoderoso mandatario ruso dispone de sistemas balísticos intercontinentales como el RS-24 Yars o el RS-28 Sarmat, que tienen un alcance de más de 10,000 km con los que puede atacar cualquier parte de Europa desde territorio ruso. Además, tras retirarse las dos superpotencias del tratado INF (en español: Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio) en 2019, Rusia desarrolló y desplegó misiles como el 9M729 (SSC-8) con un alcance estimado de 500-5,000 km, y en la práctica podrían alcanzar cualquier lugar de Europa. Por si fuera poco, Rusia cuenta con misiles Kalibr y Kh-101, que pueden ser lanzados desde buques, submarinos o aeronaves y tienen un alcance de hasta 4,500 km y pueden portar cabezas nucleares o convencionales. Submarinos de clase Borei y Akula están armados con misiles nucleares estratégicos que pueden alcanzar Europa desde cualquier océano y se calcula que Rusia dispone de 1,500 ojivas nucleares dispuestas a repartir destrucción por el mundo.
Como en el ajedrez, para ganar hay que arriesgar, pero en la guerra de verdad muere gente, gente inocente siempre, porque también los soldados son inocentes, llamados a participar en algo que ellos realmente no comprenden. Mueren como peones de un juego que, aunque se le quiera dar explicaciones lógicas, no es más que una sublimación de un instinto animal que los humanos arrastramos con nosotros desde tiempos primordiales. Llevamos siglos hablando de la guerra justa y por tanto, de la paz justa. El que puede ser considerado padre del derecho internacional, Francisco de Vitoria, al igual que Tomas Moro, admiten la guerra como justa y justificable en el caso de defender las fronteras y para expulsar a los enemigos invasores del territorio. Aún en esos casos, la guerra debería minimizar el daño innecesario, incluyendo la protección de no combatientes y el respeto por la propiedad ajena. Desde el siglo XVI se viene repitiendo que la guerra debería ser algo pasado, pero sigue siendo tan actual como siempre.
Desgraciadamente, los acontecimientos que marcan nuestra realidad actual, están muy lejos de conseguir la paz mundial. El odio y la violencia, caracterizan la era en que vivimos, tan avanzada en cuestiones científicas, pero tan retrasada en cuestiones morales. ¿Cómo se puede consentir que la guerra de Israel contra los palestinos prosiga día tras día? ¿Cómo se puede seguir alimentando la guerra en Ucrania con más y más armas de destrucción? Tenemos una organización internacional, la ONU, que debería poner coto a estas atrocidades una vez por todas, pero este órgano, tan caro y tan aparatoso, no parece que esté funcionando como debiera.
El ruido de la guerra ha silenciado a las organizaciones que en otras ocasiones promovían la paz. Una de estas organizaciones el International Peace Bureau ( Oficina Internacional por la Paz) fundada en 1891, ha contribuido a concienciar sobre la importancia de la paz y el desarme desde su fundación. IPB tiene estado consultivo del Consejo Económico y Social (CES) de las Naciones Unidas y está asociado con el Departamento de Comunicación Global. El problema es que los análisis que vienen de allí, especialmente de la Campaña Global sobre Gastos Militares (GCOMS) con sede en Barcelona, que promueve el desarme, no se oyen. Muy pocos medios les dan voz. Algo parecido ocurre con la organización sueca Svenska Freds och Skiljedomsförening (Organización Sueca para la Paz y Arbitraje) que también ha enmudecido en los medios. Tanto IPB[1] como Svenska Freds[2] son muy críticos con el papel que está jugando la ONU y sobre todo la OTAN.
Albert Einstein, en su mensaje humanista, se pronunció en contra de las guerras, incluso cuando estas se consideraban justas. En varias cartas y discursos[3], expresó que, aunque una guerra pueda tener un inicio legítimo (como la defensa contra una agresión), siempre debe ser detenida cuando los costos humanos y materiales sobrepasen los beneficios. Especialmente en una carta dirigida a Sigmund Freud, Einstein consigue dar una explicación a la vez que formula una pregunta que parece eterna.
“…El afán de poder que caracteriza a la clase gobernante de todas las naciones es hostil a cualquier limitación de la soberanía nacional. Este hambre de poder político suele medrar gracias a las actividades de otro grupo guiado por aspiraciones puramente mercenarias, económicas, Pienso especialmente en ese pequeño pero resuelto grupo, activo en toda nación, compuesto de individuos que, indiferentes a las consideraciones y moderaciones sociales, ven en la guerra, en la fabricación y venta de armamentos, nada más que una ocasión para favorecer sus intereses particulares y extender su autoridad personal.
Ahora bien, reconocer este hecho obvio no es sino el primer paso hacia una apreciación del actual estado de cosas. Otra cuestión se impone de inmediato: ¿Cómo es posible que esta pequeña camarilla someta al servicio de sus ambiciones la voluntad de la mayoría, para la cual el estado de guerra representa pérdidas y sufrimientos…?”[4]
Yo también me pregunto cómo es posible que una mayoría de los ciudadanos europeos estén cayendo (otra vez) en la falsa creencia en que una guerra se gana a fuerza de más y más armas. Deberíamos invertir al menos tanto dinero como se invierte en armamento, en prevenir guerras y conflictos. La mayoría de los conflictos bélicos radican en injusticias. No hay más que mirar hacía el conflicto entre Israel y los palestinos para comprenderlo. Recuerdo hoy el texto de una canción de Boris Vian que aprendí a tocar a la guitara:
Monsieur le Président
Je vous fais une lettre
Que vous lirez peut-être
Si vous avez le temps
Je viens de recevoir
Mes papiers militaires
Pour partir à la guerre
Avant mercredi soir
Monsieur le Président
Je ne veux pas la faire
Je ne suis pas sur terre
Pour tuer des pauvres gens…[5]
.
[1] https://ipb.org/events/the-true-face-of-nato/
[2] https://www.svenskafreds.se/
[3] https://archive.org/details/por-que-la-guerra-freud-1/page/182/mode/2up
[4] https://archive.org/details/por-que-la-guerra-freud-1/page/184/mode/2up
[5] Här med Joan Baez a cappella : https://www.youtube.com/watch?v=WOl9XfmNDDo
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