No siempre doy mis paseos por Lund y sus alrededores. Ocurre a veces que me desplazo fuera de nuestra ciudad por gusto o, como fue el caso ayer, por motivos profesionales o cuestiones de relevancia política. Ayer tuve la oportunidad de participar en una visita de estudio muy interesante e inspiradora a la inmobiliaria Stena en Malmö, junto con otros miembros de la Red de Sostenibilidad de los Liberales. Stena, que es propietaria y administradora de 26 000 viviendas, está invirtiendo en la producción de electricidad propia, entre otras cosas, para alcanzar el objetivo climático de reducir a la mitad la huella de carbono para 2030. Nuestra primera parada fue en su sistema de almacenamiento de energía, BLESS, donde se da una «segunda vida» a las baterías de BatteryLoop después de haber sido utilizadas como fuente de energía para los autobuses. Los sistemas de almacenamiento de energía de BatteryLoop respaldan tanto localmente en la propiedad (bloque de viviendas) como permiten la regulación de la red eléctrica, pudiendo así formar parte de la solución para los desafíos crecientes a los que nos enfrentamos en lo que respecta al suministro de energía. Nuestra segunda visita tuvo lugar en el edificio de oficinas de Stena, en Claesgatan, donde se renovó una antigua fábrica de principios del siglo XX, conservando el carácter y la esencia del edificio. La disposición de las instalaciones en el edificio se basó en la estructura existente, y la empresa reutilizó la mayor cantidad de materiales posible. Ha sido un proceso de renovación bien pensado que ha transformado una antigua propiedad en un lugar de trabajo moderno y sostenible, con tecnología inteligente y soluciones flexibles. Un ejemplo impresionante de construcción sostenible y rentable.
Y ahora me pongo yo a pensar que esto ya lo he visto antes, estudiando la historia de Lund, y mi paseo de hoy lo dedico a explicar cómo se comprendía la sostenibilidad en épocas pasadas. Estoy sentado junto a las ruinas del Monasterio de Todos los Santos del siglo XII, pensando que nuestros edificios de hoy serán las ruinas del mañana. Es asombroso pensar que durante más de 500 años se llevaron a cabo diversas actividades, tanto religiosas como mundanas, y otros cien años de actividad económica a partir de finales del siglo XVI en este lugar, y todo lo que queda aquí hoy es un pequeño montón de ladrillos. Me pregunto qué descubrirán los paseantes dentro de 500 años en este sitio. «Vanitas vanitatis». Un pequeño montón de ladrillos antiguos ensamblados con estilo es todo lo que queda del principal monasterio benedictino de Dinamarca, el Monasterio de Todos los Santos en Lund, o «Monasterio omnium sanctorum lundis», como se le llamaba oficialmente. Sin embargo, el edificio, o más bien su material, ha perdurado como parte de otros edificios en Lund y también en Malmö, donde la Iglesia de Caroli se construyó en parte con material del Monasterio de Todos los Santos, al igual que el Museo Histórico de Lund y muchos otros edificios.
Y es que, esto de la sostenibilidad es algo que siempre ha estado muy presente en todas las épocas, excepto en los últimos 200 años. Los antiguos edificios, cuando estaban construidos con piedras, madera y ladrillo, se reciclaban casi en su totalidad. De manera que, o bien se erigía un nuevo edificio sobre los cimientos del antiguo, o bien se desmontaban los materiales y se transportaban a una nueva construcción. Todo esto se hacía lógicamente por razones económicas, pues resultaba más económico reutilizar materiales, que se sabía eran escasos, que producir nuevos y desechar los viejos. El concepto economía parte del supuesto de que los recursos disponibles, como el trabajo, el capital, la tierra y otros factores de producción, son finitos y limitados. Esto significa que no se pueden producir infinitamente todos los bienes y servicios deseados, lo que conlleva la necesidad de tomar decisiones sobre cómo utilizar eficientemente estos recursos limitados. Finitos, limitados o simplemente escasos. La escasez es un concepto fundamental en economía. Se refiere a la disparidad entre los recursos limitados y las necesidades y deseos ilimitados de las personas. Debido a la escasez, se deben tomar decisiones sobre qué bienes y servicios producir, en qué cantidad y cómo distribuirlos de manera eficiente. Los individuos, las empresas y los gobiernos deben tomar decisiones sobre cómo utilizar sus recursos limitados. Cada elección implica un costo de oportunidad, es decir, el valor de la mejor opción alternativa que se sacrifica al tomar una decisión.
Los responsables de la compañía Stena nos explicaron, que el reutilizar los materiales no les resultó más barato. Reutilizar un ladrillo cuesta unos 2 euros mientras que fabricar nuevos sale por unos 40 céntimos. El coste sube por el precio de la mano de obra, almacenaje y transporte. Construir de forma sostenible es un esfuerzo económico que la empresa asume pensando que existe en el mercado una demanda, que está dispuesta a pagar un poco más por la certeza de que la elección de sede o residencia es compatible dentro de la perspectiva de sostenibilidad, para la cual se considera, al menos en Suecia, que hay una gran sensibilidad en un sector creciente de la sociedad. Por tanto, ellos pudieron construir un poco más caro y encontrar clientes que estuviesen dispuestos a pagar un poco más por el valor añadido de tener sus sedes en un edificio reciclado y sostenible.
La sostenibilidad se perdió en el momento que el coste de la producción de materiales de forma masiva y automática fue inferior al de los productos fabricados a mano, ya que la carestía de la mano de obra, fomento la automatización y el bajo coste de los carburantes y de la energía en general, impulsó a los constructores y a los consumidores a producir más y más y a desechar todo lo viejo, en lugar de reciclar. Una mayor concienciación de la sociedad sobre los efectos de esta devastadora economía en la que hasta ahora nos hemos visto envueltos, hace pensar que la sostenibilidad será algo a tener en cuenta en todas las actividades económicas en el futuro. Para eso es necesario que transformemos la economía en el siguiente sentido, si nos concentramos en la construcción:
La construcción es una de las industrias que más recursos naturales consume y genera una cantidad significativa de residuos. La sostenibilidad busca reducir este impacto ambiental a través de prácticas como la eficiencia energética, el uso de materiales sostenibles, la gestión de residuos y la reducción de emisiones de carbono. La construcción sostenible fomenta el uso responsable de los recursos naturales, como la madera, el agua y la energía, para garantizar que estén disponibles para las generaciones futuras. Los edificios sostenibles a menudo están diseñados para mejorar la calidad de vida de las personas que los ocupan, proporcionando un ambiente interior más saludable y confortable. Véase por ejemplo las fotos de la antigua fábrica que ahora alberga a la central de Stena junto a una docena de oficinas de otras empresas. Aunque la inversión inicial en construcción sostenible puede ser más alta, a menudo se traduce en ahorros significativos a lo largo del tiempo en términos de costos operativos, como la energía y el mantenimiento.
Para lograr la sostenibilidad en la construcción, se pueden seguir varias estrategias: Desde el principio, los arquitectos y diseñadores pueden planificar edificios que sean eficientes desde el punto de vista energético y que hagan un uso inteligente de los recursos. Utilizar materiales que sean reciclables, de bajo impacto ambiental y duraderos es esencial en la construcción sostenible. Ejemplos incluyen madera certificada, acero reciclado y aislamiento térmico eficiente y ecológico, como el cáñamo, utilizado en la construcción de la sede de Stena. Es preciso implementar tecnologías y sistemas que reduzcan el consumo de energía, como iluminación LED, sistemas de calefacción y refrigeración eficientes y paneles solares. Igualmente es necesario minimizar los residuos de construcción y demolición, así como reciclar y reutilizar materiales siempre que sea posible.
Algo que yo puntualicé en nuestro comité tras la visita es que tenemos que promover la capacitación de profesionales de la construcción y trabajadores en prácticas sostenibles como algo fundamental para garantizar la implementación efectiva de la sostenibilidad en el sector. Pienso que necesitamos una “revolución” educativa dentro de la formación profesional, algo parecido a “Arts & Crafts” que revalorice los oficios y premie el buen hacer y la calidad. Abajo algunas fotos de la visita y también los restos del monasterio de Todos los Santos y de edificios que se construyeron con sus materiales.
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