Voy caminando envuelto en una niebla que envuelve todo bajo un velo gris, semitransparente. Voy mirando el suelo, cuidando mis pasos, y solo veo una decena de metros hacia delante. Siento el cielo tan bajo, que es como si fuese andando por un túnel. Las segundas plantas de los edificios se difuminan hasta desaparecer entre la niebla lechosa. Las bicicletas, los coches, los autobuses y los viandantes aparecen de pronto ante mí, como surgidos de la nada, pero todo el tráfico se ralentiza por la falta de visibilidad. Me muevo dentro de la ciudad y no la veo, sé por dónde voy más o menos, pero me faltan los puntos de referencia habituales y me siento un poco inseguro. En mis auriculares suena una selección de temas musicales de películas conocidas

Vengo de presentar un proyecto multidisciplinario ante una conocida institución de enseñanza para adultos. El tema de mi proyecto es la ciudad, “Mi Ciudad”. Y pienso en la ciudad como un entorno humano donde es preciso saber navegar, ubicarse, abrirse camino en esa jungla urbana tan difícil de abarcar. La ciudad, desde la fundación de Jericó hasta nuestros días, ha sido un crisol de interacciones humanas, un escenario donde la vida se desenvuelve en su máxima expresión. En este contexto, explorar y comprender la esencia de una ciudad es una tarea fascinante que nos invita a sumergirnos en la complejidad de su estructura y en la dinámica de sus habitantes. La ciudad, lejos de ser simplemente un conglomerado de edificios y calles, es una entidad viva y cambiante que refleja la identidad de una sociedad en constante evolución.

Concretamente, la ciudad puede definirse como un espacio geográfico densamente poblado que sirve como centro de actividad social, económica y cultural. Desde las antiguas civilizaciones hasta la actualidad, la ciudad ha experimentado una evolución marcada por factores como el desarrollo tecnológico, los cambios en la estructura social y las tendencias económicas. Este proceso histórico nos permite comprender la diversidad de formas urbanas y la adaptabilidad de la ciudad a lo largo del tiempo. Lund, nuestra ciudad, y el objeto de estudio de mi proyecto, fue fundada con la idea de implantar una nueva religión. Fue fundada por orden real y habitada durante siglos, desde su fundación en las ultimas décadas del primer milenio principalmente por hombre y algunas mujeres de la iglesia; monjes, monjas, sacerdotes, obispos, escribanos etc.  y una población subalterna de siervos y campesinos, sin los cuales la ciudad y su mantenimiento no podría funcionar. Ya bien entrada la baja Edad Media, nuestra ciudad comienza a asemejarse a otras ciudades de parecido tamaño, siendo todavía una metrópolis religiosa y cómo tal especial en su estructura.

Decía antes que la ciudad era un organismo vivo, y como tal, presenta una red intrincada de relaciones entre sus componentes. Desde los individuos que la habitan hasta las instituciones que la gobiernan, cada elemento desempeña un papel crucial en la dinámica urbana. Los espacios públicos, las infraestructuras, los parques y las zonas residenciales se entrelazan para formar un sistema interdependiente que influye en la calidad de vida de sus habitantes. Como organismo vivo, la ciudad lucha por sobrevivir, en un mundo, a veces, hostil. La ciudad de defiende como puede, A veces con murallas, otras veces con regulaciones no siempre tan sutiles.

Como organismo vivo, crecer es un riesgo y una promesa. A medida que las ciudades crecen, enfrentan una serie de desafíos y oportunidades. Problemas como la congestión del tráfico, la contaminación, la vivienda asequible y la desigualdad social requieren soluciones innovadoras. La ciudad, por su naturaleza dinámica, se convierte en un laboratorio donde se experimentan y desarrollan nuevas formas de abordar estos desafíos, creando oportunidades para la mejora continua.

Con los años se va construyendo una identidad urbana. Es típico de las ciudades que una gran parte de la población haya nacido fuera de su suelo. La identidad de la ciudad tiene por tanto siempre que ser mestiza, aunque sus habitantes crean que forman parte de una identidad autóctona y eterna. La identidad de una ciudad está intrínsecamente ligada a su cultura y patrimonio. La arquitectura, las tradiciones, la gastronomía y las expresiones artísticas contribuyen a forjar la identidad única de cada urbe. La diversidad cultural enriquece el tejido urbano, convirtiendo a la ciudad en un escenario vibrante donde convergen distintas perspectivas y modos de vida. La ciudad es mucho más que una simple acumulación de edificaciones; mucho más que la suma de todos sus habitantes con sus capacidades. La ciudad es aún más; es un organismo complejo y dinámico que refleja la evolución de la sociedad a lo largo del tiempo. Comprender la ciudad implica adentrarse en sus múltiples capas, desde su historia hasta sus desafíos contemporáneos. Al abordar estos temas, podemos apreciar la riqueza y diversidad de las ciudades como centros vitales de intercambio cultural, económico y social. La ciudad, en última instancia, es un testamento a la capacidad humana para crear, adaptarse y transformar nuestro entorno en busca de una vida colectiva más plena y significativa. Seguiré desarrollando este tema, comenzando por la historia, que es lo mío. Para ello enfocaré mis paseos a la ciudad que precedió a Lund y que nuestra ciudad remplazó por orden real. Trataré de descubrir los motivos por los cuales fue fundada y por qué su predecesora Uppåkra tuvo que sucumbir. Ya de regreso a casa paso por la puerta de lo que fue el hogar de un famoso pintor modernista, nacido en la judería, de la que hablé el otro día. En la calle de La Cruz (Korsgatan) en el barrio de la necesidad (Nöden). Este pintor, que siempre firmaba con sus iniciales GAN (Gösta Adrian Nilsson) pinto un cuadro que trataba de mostrar el espíritu de su ciudad en los años veinte, y me parece adecuado elegir este cuadro para ilustrar el comienzo de mi serie, Mi Ciudad. Abajo podéis ver el cartel de una exposición sobre el arte en Lund, que eligió el cuadro Síntesis de una ciudad, pintado por GAN, (Syntes av en stad) como motivo.  Continuará.