Cae de las bajas nubes una lluvia liviana y templada, que casi se agradece, después de muchos días de sol y calor. Es un día típico de verano en Lund; llueve, escampa y al rato llueve otra vez. Nos ponemos y quitamos prendas según va cambiando el tiempo. En Lund los parques y jardines están siempre verdes, con un verde intenso y profundo que muestra al visitante que aquí llueve a menudo pero que también luce el sol. Me viene a la cabeza el estribillo de una canción de Serrat: “… Tu nombre me sabe a hierba/De la que nace en el valle/A golpes de sol y de agua”. Hoy me suenan unas cuantas canciones, a propósito del paseo. Iré presentándolas más adelante.Ahora emprendo la marcha hacia el centro de la antigua ciudad medieval.

La plaza mayor de Lund no es una plaza mayor común y corriente. Para empezar, no es una plaza, se encuentra como un ensanche entre la Calle de la Iglesia (Kyrkogatan) al norte y la Calle del Sur(Södergatan), que forman una ancha brecha, como una rambla, que divide la antigua ciudad, de norte a sur, en dos hemisferios. En un lugar abierto, más o menos triangular, que se extiende al este, allí donde se unen las dos calles principales, se encuentra La Casa Consistorial (Rådhuset) que con La Sala de la Ciudad (Stadshuset) enmarcan el espacio. Aproximadamente en el centro de este esplanada/plaza podemos ver hoy un pequeño cartel que muestra que allí se encontraba desde 1972 una escultura del escultor vasco Arturo Chillida, Campo Espacio de Paz (Rymdfält av Frid), una magnifica obra en basalto inacabada, compuesta por seis losas que forman un puzle cerrado, que se abrirá en el momento en que se pueda constatar que hay paz en este mundo y quedará completo. Chillida murió 30 años después sin haber podido completar el trabajo pues, como bien sabemos, no estamos ni siquiera cerca de una paz mundial.

El edil de Cultura de la ciudad en aquellos entonces, el liberal Rune Nordström, fallecido hace unos pocos días, fue quien propuso la adquisición del monumento y quien invitó a Chillida a la inauguración. A principios de los años 70 corrían tiempos de paz en Lund, aunque no en el mundo en general. El anhelo de paz se respiraba en la universidad, en los institutos, en la calle, en los puestos de trabajo. Paz mundial y desarme era la consigna a seguir, mientras en el mundo de la guerra fría morían millones de personas en guerras proxy. Vietnam, Laos y Camboya eran los escenarios bélicos por excelencia y en África, luchaban las antiguas colonias portuguesas, Angola y Mozambique, por su libertad con la ayuda de Cuba, que aquí se consideraba un régimen progresista, como igualmente se consideraría justa la revolución sandinista de 1975, llegando a hermanar Lund con la ciudad de León. Los `malos” eran entonces los Estados Unidos, Yankee go home!

La canción que sonaba era del 1971, era del primer álbum de John Lennon que llevaba de título el nombre de la canción, Imagine. Algunas de las estrofas definían el sueño de toda una generación:  “…Nothing to kill or die for and no religion too”. Despertamos todos del sueño pacifista un 8 de diciembre de 1980, ante el edificio Dakota, en Nueva York, cuando sonaron los disparos que acabaron con la vida de Lennon.  Carl Fredrik Reuterswärd, artista sueco, hijo, nieto biznieto etc. etc. de militares de alta graduación, que había conocido a John Lennon y Yoko Ono en Suiza, recibió un encargo de Ono para hacer una obra que perpetuase la vida y obra de John Lennon. Reuterswärd se puso manos a la obra y en un tiempo récord dió forma a un monumento que, desde entonces, es la imagen pura del sí a la paz y el no a la violencia: la escultura Non-Violence, que representa un revólver con un nudo en el cañón y se ha convertido en un símbolo de las luchas por la paz en todo el mundo.

El monumento de Chillida está en un almacén esperando ser reinstalado en su lugar, frente al ayuntamiento. La paz sigue sin llegar y los sentimientos pacifistas se fueron con los vientos que la invasión rusa de Ucrania levanto. Ahora se quiere conseguir la victoria; se precisaría un nuevo monumento. ¿Quizás un monumento a Ares o Marte o una Nike de Samotracia? El revolver de Reuteswärd, presente ante la sede de Las Naciones Unidas, en Nueva York tiene hermanos, copias dispersas por todo el mundo, también en Lund, donde se puede seguir el proceso de creación, desde un pequeño boceto hasta la obra completa en el jardín. Recordando en la biblia las palabras de Isaías “ y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces: no alzará espada gente contra gente, ni se ensayarán más para la guerra.”Isaías 2:4. Por ahora no hay señal de que los arsenales de guerra disminuyan ni de que las ingentes cantidades que se emplean en armamento se empleen para paliar el hambre y darle a los pobres del mundo una vida digna. En fin, siempre nos quedarán los monumentos.