Legado terrible de rencor y odio, dejó la llamada Guerra Civil en España. Una entrada en WhatsApp de mi amigo Antonio Viudas conteniendo un video con una entrevista a Juan de Ávalos, uno de los escultores que dieron forma al monumento a los caídos, aviva en mí el recuerdo de muchos de esos monumentos erigidos por todo el mundo, en recuerdo de hechos tan impactantes o más, de los que ocurrieron en España durante esos terribles 988 días con sus noches que duró la guerra. Aquí en Lund tenemos “Monumentet” se le llama así “el Monumento” porque es el único que tenemos que conmemore hechos bélicos. El Monumento de Lund fue erigido para conmemorar a los caídos en la Batalla de Lund de 1676, que tuvo lugar durante las Guerras del Norte entre Suecia y Dinamarca. La batalla fue particularmente sangrienta, con más de 10,000 muertos en ambos bandos, y marcó una victoria decisiva para Suecia. El monumento se construyó para recordar no solo a los caídos en combate, sino también como un símbolo de reconciliación entre los pueblos de Suecia y Dinamarca.
La iniciativa para levantar el monumento surgió del historiador Martin Weibull, quien fue una figura clave en la fundación de la De Skånska Landskapens Historiska och Arkeologiska Förening (Asociación Histórica y Arqueológica de los Paisajes de Escania), en 1866. Weibull y otros miembros de la asociación consideraron que era importante rendir homenaje a los caídos de ambos bandos, con un enfoque en la reconciliación entre suecos y daneses.
El dinero para el monumento fue recaudado mediante una inscripción pública y una campaña de donaciones. La invitación a contribuir fue firmada tanto por suecos como daneses, reflejando el objetivo común de honrar la memoria de todos los caídos, sin hacer distinción entre vencedores y vencidos. De acuerdo con el llamado a la construcción del monumento, el propósito no era conmemorar victorias o derrotas, sino más bien actuar como un símbolo de reconciliación en el lugar de una de las batallas más sangrientas de la región. La invitación decía textualmente que el monumento debía ser “icke ett minne af segrar eller nederlag, utan en försoningens vård på den blodigaste af Nordens valplatser”, es decir, «no un recuerdo de victorias o derrotas, sino un cuidado de la reconciliación en el lugar más sangriento de los campos de batalla del norte». El mensaje del monumento es la reconciliación entre Dinamarca y Suecia, y no la victoria sueca en la batalla. El monumento de Lund se diferencia así de otros monumentos de la época, como el de Carlos X Gustavo en Stortorget en Malmö y el de Magnus Stenbock en Helsingborg, los cuales tienen un mensaje más unilateramente nacional sueco.
El monumento fue inaugurado el 21 de octubre de 1883 con un concierto danés-sueco de los coros estudiantiles de Copenhague y Lund. Martin Weibull habló sobre la función reconciliadora de los recuerdos comunes y concluyó con la esperanza de que «la juventud nórdica del futuro peregrine al Monumento y que también ellos, como hoy, canten un vivan por nuestra gran patria, ¡por una Escandinavia unida!». El sueño de la Escandinavia unida se había desvanecido ya pero el historiador Weibull no perdía la esperanza.
Puestos a analizar la guerra entre los países nórdicos en 1676 con los mismos ojos y las mismas medidas con las que miramos a la actual guerra en Ucrania, esa guerra y esa cruenta batalla tuvo lugar en un contexto de ocupación sueca del norte de Dinamarca. Para ser mas concretos, como un intento por parte de los daneses de recuperar una significativa parte de su territorio, ocupado desde 1658 por los suecos. Se tardó 200 años en llegar a la idea de la reconciliación, o, se había llegado antes, pero faltaba un gesto común, un símbolo, que desde entonces nos recuerda lo ocurrido y lo que hemos aprendido, o al menos, lo que hubiéramos necesitado aprender, de ello. Visto desde una perspectiva nórdica, esta guerra podría también ser vista como una guerra civil.
Lo que yo pienso, contemplando el monumento de Lund, y pensando en la comparación con el del Valle de los Caídos es si ¿será posible contemplar el monumento español dentro de cien años, si es que sigue en pie, como lo que se quería que representase al ser construido? La inscripción que encontramos en el monumento de Lund reza: «El 4 de diciembre de 1676, lucharon y sangraron aquí pueblos de la misma estirpe. Los descendientes reconciliados erigieron el monumento.»
Termino con una anécdota. Una noche de otoño de 2019, robaron cinco cañones, auténticos, pero no usados en la batalla, que formaban parte del monumento, presuntamente para hacerse con el valor que pudieran tener como chatarra. Los que hoy decoran el monumento son copias hechas de un material que no tiene valor como chatarra. El primer monumento, hecho en cemento, se fue desmoronando y tuvo que ser reconstruido en granito en 1930.

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