Como autor que soy de materiales de aprendizaje digital, observo con asombro cómo la visión sobre el uso de herramientas digitales por parte de los jóvenes cambia radicalmente de un día para otro, además de basarse en un respaldo científico muy débil. Eliminar la enseñanza de la competencia digital en la escuela primaria y postergarla hasta la educación intermedia no solo representa una gran modificación en el sistema educativo sueco, sino que también es una propuesta sin una base de investigación sólida.
La eliminación de la enseñanza de la competencia digital en la educación primaria y su postergación hasta la educación intermedia es una decisión que carece de fundamento en la investigación internacional y contradice las recomendaciones de organismos de prestigio como la Unión Europea (UE), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
El “Digital Competence Framework for Citizens”(Competencia digital para los ciudadanos) de la UE subraya la importancia de desarrollar la competencia digital desde edades tempranas. La alfabetización digital es considerada una competencia clave del siglo XXI y debe integrarse en todos los niveles educativos para garantizar que los ciudadanos puedan participar activamente en la sociedad digital. Retrasar la enseñanza de estas habilidades supone una brecha de aprendizaje que puede afectar negativamente a los estudiantes en su desarrollo académico y profesional.
En su informe “21st Century Skills and Education” (Habilidades del Siglo XXI y Educación), la OCDE destaca que la alfabetización digital es esencial para el aprendizaje continuo y la empleabilidad. Los estudios muestran que los niños expuestos a la tecnología y a la educación digital desde una edad temprana desarrollan mejores habilidades de resolución de problemas, pensamiento crítico y capacidad de adaptación a entornos tecnológicos en constante cambio.
La UNESCO, en su informe Global Education Monitoring Report (Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo), advierte que excluir la educación digital del currículo escolar temprano puede aumentar las desigualdades educativas. Los niños de entornos más privilegiados seguirán teniendo acceso a dispositivos digitales y formación en el hogar, mientras que aquellos de familias con menos recursos quedarán rezagados, profundizando la brecha digital.
El argumento de que los niños deben aprender primero a leer y escribir antes de adquirir competencias digitales es una falsa dicotomía. Numerosos estudios han demostrado que la alfabetización tradicional y la digital pueden desarrollarse de manera complementaria. La investigación en pedagogía digital indica que los niños que usan herramientas digitales de forma estructurada y guiada no solo mejoran su competencia digital, sino que también fortalecen su comprensión lectora y sus habilidades de escritura.
Además, en un mundo donde la información se consume principalmente a través de plataformas digitales, la enseñanza de la alfabetización digital desde una edad temprana es fundamental para desarrollar el pensamiento crítico, la capacidad de discernir información veraz de la desinformación y la responsabilidad en el uso de las tecnologías.
Otro aspecto clave que se debe considerar es la seguridad en el entorno digital. La UE, la OCDE y la UNESCO coinciden en que postergar la enseñanza de la competencia digital puede hacer que los niños sean más vulnerables a los riesgos en línea, como el acoso cibernético, la exposición a contenidos inapropiados y la manipulación digital.
El informe de Children and Internet Safety de la OCDE enfatiza que la educación temprana en competencia digital es esencial para que los niños desarrollen estrategias de autoprotección y uso responsable de la tecnología. Ignorar esta necesidad puede llevar a una mayor exposición a riesgos sin la preparación adecuada para enfrentarlos.
La decisión de eliminar la enseñanza de la competencia digital en los primeros años de la educación sueca y postergarla hasta los 10 años no solo carece de sustento científico, sino que va en contra de las recomendaciones de las principales instituciones internacionales dedicadas a la educación. La digitalización es una realidad ineludible y los sistemas educativos deben preparar a los niños para participar de manera segura y efectiva en este entorno. Retrasar este aprendizaje solo incrementará la brecha digital y reducirá la capacidad de los estudiantes para enfrentar los desafíos del mundo contemporáneo.
Por ello, es imperativo que las decisiones educativas se fundamenten en investigaciones rigurosas y en la experiencia internacional acumulada, garantizando así una formación integral que incluya la alfabetización digital desde la infancia. La decisión de Madrid de retirar los ordenadores y otras herramientas digitales de las manos de los niños, muestra el pánico digital que, inexplicablemente se extiende de Suecia a España.
Comparto hoy la preocupación de mi esposa y sus colegas, expresada en este artículo de opinión. Afirmar que los niños deben aprender a leer y escribir antes de desarrollar competencias digitales se basa en una falsa dicotomía. Las habilidades fundamentales y la competencia digital pueden – y deben – desarrollarse en paralelo.
Es momento de tomar decisiones sobre la educación basadas en una investigación amplia y rigurosa, y no en respuestas aisladas a consultas. Lean el artículo aquí:
«Eliminar el requisito de competencia digital para los niños carece de respaldo científico.»
La afirmación de que los niños deben aprender habilidades como la lectura y la escritura antes de desarrollar competencias digitales se basa en una falsa dicotomía. Las habilidades fundamentales pueden desarrollarse de manera fructífera junto con la competencia digital.
Eliminar la enseñanza de competencias digitales en la escuela primaria. Esa es la propuesta de la comisión curricular “Conocimiento para todos”, designada por el gobierno.
Según esta propuesta, solo cuando los alumnos tengan diez años se les enseñará a desarrollar una actitud crítica y responsable hacia la tecnología digital y a comprender cómo la digitalización afecta a la sociedad. La propuesta resulta sorprendente, considerando que la mayoría de los niños de primaria usan internet a diario, según el informe Los niños e Internet 2024 de la Fundación Sueca de Internet.
Si la propuesta se implementa, la vida digital cotidiana de los niños se volverá más arriesgada y supondrá una alteración significativa en la estructura educativa sueca actual.
El estudio argumenta que una «evidencia científica consolidada» muestra que los niños aprenden mejor las competencias digitales desarrollando primero habilidades básicas como la lectura y la escritura. Sin embargo, la comisión curricular solo se basa en una única respuesta a la consulta sobre la estrategia nacional de digitalización de la Agencia Nacional de Educación de Suecia, emitida por la Universidad de Lund en 2023. En ella se menciona que los niños aprenden mejor las competencias digitales después de adquirir habilidades básicas, pero esto es simplemente una afirmación sin respaldo en estudios científicos; no se hace referencia a ninguna investigación que demuestre que es mejor para los niños desarrollar una actitud crítica y responsable hacia la tecnología digital solo a partir de la educación intermedia.
La comisión curricular, por tanto, basa esta propuesta en una única respuesta de consulta que ni constituye una revisión sistemática de la investigación ni ha sido sometida a evaluación científica.
Además, la propuesta contradice las políticas internacionales. El Marco de Competencia Digital para Ciudadanos de la Unión Europea enfatiza que todos los ciudadanos deben tener la oportunidad de desarrollar competencias digitales a lo largo de su vida. La ONU, en su Comentario General 25 sobre los derechos del niño en el entorno digital, establece que todos los países deben garantizar la enseñanza de competencias digitales desde la educación preescolar y a lo largo de todo el sistema educativo.
El problema también radica en que la propuesta no coincide con las necesidades identificadas por los docentes en la escuela, algo que han demostrado varios estudios. Un proyecto de investigación en la Universidad de Malmö, Modelado didáctico en actividades extraescolares: Comunicación responsable en el juego y los medios digitales, destaca, por ejemplo, la necesidad que perciben los docentes de fomentar una actitud crítica y responsable en los alumnos en los entornos digitales desde la educación preescolar.
La afirmación de que los niños deben aprender a leer y escribir antes de desarrollar competencias digitales, además, se basa en una falsa dicotomía. Las habilidades fundamentales y la competencia digital pueden desarrollarse de manera conjunta y complementaria. Por ejemplo, los alumnos pueden leer libros que promuevan una actitud crítica y responsable hacia los medios digitales, como la serie “Nollan och Nätet”, que aborda los desafíos que enfrentan los niños en los entornos digitales.
Dado que la propuesta de la comisión curricular carece de una base científica sólida, es necesario designar un grupo interdisciplinario de expertos que elabore una revisión sistemática de la investigación sobre las necesidades digitales de los niños y cómo la enseñanza puede fomentar mejor estas competencias. Este grupo debería incluir especialistas en el uso de los medios por parte de los niños, su aprendizaje y el desarrollo de competencias digitales.
Implementar la propuesta tal como la prescribe la comisión curricular sería una irresponsabilidad. No posterguemos la enseñanza de competencias digitales hasta la educación intermedia.
Publicado en Sydsvenskan el 2 de abril de 2025
AUTORES DEL ARTÍCULO:
Carolina Martínez, profesora de Ciencias de la Infancia y Juventud y docente en Comunicación y Medios en la Universidad de Malmö.
Ingrid Forsler, docente en Comunicación y Medios en la Universidad de Södertörn.
Anna-Lena Godhe, profesora de Pedagogía en la Escuela de Aprendizaje y Comunicación de la Universidad de Jönköping.
Helena Sandberg, profesora de Comunicación y Medios en la Universidad de Lund.
Ulrika Sjöberg, profesora de Comunicación y Medios en la Universidad de Malmö.
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