Paseando por la ciudad un día lluvioso, con un cielo plomizo y amenazante, me paro por casualidad ante un busto conocido, de los que hay bastantes por la zona universitaria. Yo sé que se trata de un historiador sueco del siglo XVII, Sven Lagerbring, el primer historiador profesional sueco que aplicaba algo parecido a un método moderno en sus investigaciones. Sí, este hombre se merece un busto al pie de la entrada al aula magna, entre las escaleras de la universidad y la Palestra et Odeum, antigua sala de esgrima y gimnasia de los estudiantes. Otro busto merecido es el de Kilian Stobeus, un precursor de la arqueología moderna al que en Lund le debemos la preservación de muchas huellas históricas. Su busto esta al cobijo de las hojas de una de las magnolias que engalanan el primero de mayo la fiesta de los estudiantes.

Está muy bien que la ciudad honre a los prohombres que la pusieron en el mapa, pero, ¿por qué no hay ni siquiera un pequeño busto de una mujer con nombre propio? ¿Es que no hemos tenido mujeres excepcionales en esta ciudad? Me cuesta creerlo, pero estatuas de mujeres ilustres no encuentro por ninguna parte. Tampoco encuentro muchos nombres de calles que lleven el nombre de una mujer y parece ser que otras ciudades suecas están en la misma situación, aunque un poquito mejor. La media sueca es de 14% nombres de mujeres y aquí en Lund solo 13%. Me pongo a buscar en la historia alguna mujer muy importante que fuese de Lund o hubiese vivido gran parte de su vida aquí. Encuentro a una mujer singular, Görvel Fadersdotter Sparre., nacida en 1517 en lo que entonces era Suecia, por tanto, fuera de Scania i lógicamente de Lund. Pero esta mujer tuvo una gran relevancia en su época, entre otras cosas como la mujer independiente más rica de Dinamarca. Recordemos que Lund era parte de Dinamarca hasta 1658, en realidad hasta 1712, pero Görvel nació dentro de la unión de los tres reinos, Noruega, Dinamarca y Suecia, que se mantuvo entre 1397 y 1523. Al menos el diseño de viviendas se le daba muy bien. Entre otros edificios diseño el palacio de Torup y en Lund, su propia casa casa, Stäket. Creo que algún recuerdo de esta señora entre las calles de Lund habría estado bien motivado.  Esta mujer, casada tres veces y tres veces viuda, con su único hijo fallecido en 1548, dispuso hasta su muerte de su fortuna como quiso, recibió el encargo real de representar la corona danesa como encargada de uno de los más importantes territorios agrícolas en la zona. De ella se dice que siempre estaba dispuesta a «aprender a hacer cuentas como un alguacil, trabajar la madera como un carpintero, pensar como un catedrático, diseñar casas como un arquitecto y cultivar la tierra como un agricultor».

Nuestra universidad, creada en 1666 por los ocupantes suecos, no tuvo ninguna mujer matriculada hasta 1880. No se yo si la primera mujer debería tener un busto o una calle a su nombre, porque Hildegard Björk, como se llamaba esta estudiante, no termino sus estudios. La que sí lo hizo fue Hedda Andersson, admitida el mismo año que Björk, que finalizó sus estudios de medicina en 1887. Esta mujer ha recibido algo de crédito en nuestros días, ya que un nuevo instituto de bachiller ha sido bautizado con su nombre. Abrirá sus puertas, por cierto, ahora en agosto. Hedda Andersson es interesante además porque provenía de una familia que en cinco generaciones, siempre había contado con alguna curandera. Ella es pues una exponente de la profesionalización de la medicina y su alejamiento de la medicina tradicional. Si las pioneras no han dejado mucho rastro, las que les siguieron han logrado tomar el espacio que les corresponde. Hoy hay más mujeres que hombres estudiando en la universidad y sus resultados son ligeramente superiores a lo0s de los hombres. Todavía hay más catedráticos que catedráticas, pero hemos tenido una rectora de la universidad, mujeres obispo (obispas?.)

Yo encuentro alguna que otra mujer interesante en la historia de Lund, pero ningún rastro honorifico, bueno, sí, alguna ha sido honrada con darle nombre a una calle. Una de ellas fue Hildur Sandberg, una de las doce mujeres que en el año 1900 estaban inscritas en la universidad de Lund. Una joven con una fuerte personalidad, estudiante de medicina y muy interesada en la política y en cuestiones relacionadas con los derechos de las mujeres, la sexualidad y la libertad religiosa, que murió de forma extraña a los 23 años. Por su intensidad la apodaban sus compañeros Magnus Bonum y en Malmö, donde solía dar conferencias, hablaban de ella como “la leona de Lund”.

Yo encuentro estatuas de mujeres, pero son alegóricas o anónimas y en su mayoría representan mujeres desnudas. Mujeres y jóvenes son siempre representados desnudos. Yo pienso que casi todos los hombres a los que se les ha dedicado una estatua o un busto, han estado vestidos y con atributos de su rango o clase social. Voy pensando que quizás de ahora en adelante se empiece a considerar un poco que la mitad de la humanidad esta compuesta por mujeres y que entre ellas hay muchas cuya valía merece una especial atención. También es importante que las generaciones que vienen encuentren referentes, tanto hombres como mujeres. En Lund hay un grupo de referencia que tiene como objetivo aconsejar a la junta de urbanismo y construcción nombres para las nuevas calles que se van construyendo en las nuevas urbanizaciones. Tendré que hablar con ellos.

Si hay pocas huellas de mujeres en el callejero o entre los monumentos de Lund, hay algunos edificios muy interesantes diseñados por féminas. El primero ya lo he nombrado, Stäket, diseñado por la señora Görvel Fadersdotter Sparre y es del siglo XVI y el otro es mucho más reciente y mucho más controvertido, el centro de visitas de la catedral de Lund, diseñado por la española Carmen Izquierdo en 2011. Izquierdo ganó el concurso que la diócesis publicó en 20003 al que se presentaron 353 proyectos. Este edificio tiene tantos detractores como partidarios, aunque ya casi no se habla de ello. A mi me encanta, la verdad, y suelo pasar por allí a tomarme un café o a leer el periódico. También he presentado proyectos allí con mis estudiantes y he dado alguna que otra conferencia en sus locales. Las fotos las he tomado hoy para ilustrar mi relato.